domingo, 26 de abril de 2015

VI Carrera Popular Ciudad de Majadahonda - Monte del Pilar

Una nueva carrera, en un fin de semana que acontecían muchos eventos, a este ritmo no sé dónde vamos a parar. Menos mal que escribo para dejar constancia de mis vivencias y estados emocionales, que al fin y al cabo este espacio lo empecé con el ánimo de tener un diario, sin mayores pretensiones. Es la mejor forma de dejar reflejados los avances, de compartir las experiencias, por si a otros le puede servir de ayuda, como no, estas vivencias que a mí me funcionan no son la verdad absoluta. Sigo siendo una esponja para poder absorber todo el conocimiento al que tengo alcance, justo es una fuente inagotable. Día a día, peldaño a peldaño crecemos para aprender todo aquello que es de mi interés. Este fin de semana incluía dar una charla sobre entrenamiento y alimentación en perros de canicross y bikejoring, con la idea de conocer diferentes formas, y como no con la apuesta de ser una interesante reunión para compartir experiencias. Trepidante la jornada de sábado.


El domingo se presentaba entretenido con una prueba que se celebraba en mi paraje natural favorito, aunque mi rincón especial se quedaba sin visitar. Después íbamos a una jornada animalista (aunque en estos sitios siempre veo cosas nada agradables) por el alto de Extremadura, para seguir aprendiendo sobre alimentación y educación canina. 

El domingo fue un día lluvioso, sin saber que zapatillas elegir. Sin un motivo razonable desecho las asics Excel, que hubiesen sido la mejor elección, aunque como se puso la mañana tendría que haber corrido con las zapatillas de cross. Tras una relajada charla, empezamos el calentamiento donde me doy cuenta que el circuito está muy embarrado, más de lo que me esperaba. Me va a tocar resbalarme en bastantes tramos. También tenía muy claro que la salida la tendría que hacer lo más relajado posible porque el barro iba a pasar factura, y más teniendo en cuenta el circuito. En estos 10 kms, el 75% discurre por camino de tierra, además tiene dos buenas subidas que hace que las piernas de los corredores se quejen a lo grande. Al principio iba muy relajado, por la bajada de asfalto viendo como muchos corredores salen disparados como si se tratase de una milla urbana, pero justo en el punto más bajo de la carrera ya marchaba en cuarta posición sin saber quiénes harían la carrera de 5 kms o a la de 10kms. 

Pero la carrera era lo de menos, nos acercábamos a la cuesta más dura, iba pensando qué tal le iría a Laura, mientras intentaba dejar a un corredor de la prueba de 5kms, estaba yo distraído en mis pensamientos, cuando apareció el flato. Contratiempo inesperado con el que no contaba, por lo que hace que levante el pie, disfrutando a pesar de todo de los caminos que nos regala este paraje natural. Tras coronar la subida, el circuito discurre por el punto más elevado, se acerca un corredor veterano con fuerza, por lo tanto, espero su llegada. Justo al empezar la bajada más larga, me alcanza, voy con cautela por el flato y por miedo a no sufrir resbalones. Transitamos por la zona más fácil del recorrido junto al Arroyo de Valhondillo. Sigo con flato, no desaparece, pero estoy convencido que el corredor veterano no me va a descolgar, a pesar de que lo intenta un par de veces con duros ataques, pero muy cortos en intensidad. 
Pasan los kilómetros, mi fuerza mental crece. Llegamos al último repecho, corono sin sobresaltos, estamos en torno al km 8.5. A estas alturas supongo que si todo ha ido bien, Laurix ya ha debido llegar a meta (presiento que lo va a hacer genial). Y sin más, nos alcanza un corredor del Bikila. Con esta nueva situación, si me hubiese encontrado bien, hubiese lanzado un ataque, largo y duro hasta la meta, pero dadas mis condiciones me limite a reservar para poder presentar batalla en el duro sprint que estaba a punto de llegar. El nuevo invitado parecía que tampoco estaba para muchos trotes, por lo que se limitó a venir con nosotros, a mí no me dio la sensación de que fuésemos mucho más deprisa. Enfilamos por medio de una bajada, algo peligrosa por el barro, voy con cuidado para no caerme. Con incertidumbre de cuanto quedará para la meta, tengo claro que no más de 500 metros, y si, así es; giró de 90º a la izda para adentrarnos en el asfalto y con tan solo 250 metros por delante. A falta de unos 100 metros lanzó un fuerte ataque con la esperanza de ser el primero de los tres del grupo, pero el corredor del Bikila también es rápido y entra justo un pelín delante. Los gritos de Lore y Laurix en esa recta me animan a hacer una última intentona de rebasarlo, pero no pudo ser. 

Estos compis de viaje que me aparecieron durante la prueba no intimé con ellos en meta, no estaba el día para charlas, pero no eran de esos que van a hacer amigos a las carreras, lástima no poder esprintar mucho antes, tendría que haberlo hecho en el giro, hubiese sido más impactante para los rivales.

Al llegar donde las chicas, las veo contenta y felices por haber competido. Laurix está exultante. Me alegro mucho de verla feliz, me quedo con ese momento, en donde atropelladamente me cuenta todas sus sensaciones, si sus sensaciones porque los ritmos, las velocidades y los tiempos no son para nosotros. Corremos por rebeldía, para ser felices y saludables, para poder reflexionar y clarificar la mente en tiempos oscuros llenos de obstáculos, así empecé, estos fueron algunos motivos. Esperamos a Víctor, para darle unos gritos, que estremecían los cimientos de los edificios de la zona. El día seguía lluvioso, o ya no, pero parecía o amenazaba. Nos fuimos los cuatro a dar otra vuelta por el monte del Pilar, que estaba espectacular, momento para no olvidar. 

Pero el fin de semana frenético no iba a acabar, tras los quehaceres con la organización pusimos rumbo a Alto de Extremadura para aprender un poco más sobre perros, esto no para porque se presenta interesante los siguientes meses.


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